miércoles, 6 de abril de 2011

Nota al margen de la visita a Cardenas y arribo a Colón.

Bitácora del Equipo Girón Rebelde
Miércoles 6 de abril

Menuda sorpresa se llevó Daylin cuando entusiasmada por su visita al Museo y otros sitios de historia muy bien guardada y mejor conservada  me comentó, sin disimulado orgullo,  que se habia fotografiado ante una imponente y preciosa carroza funebre del siglo XIX.
Luego de mirarle a los ojos, con expresiòn de duda, le preguntamos que como le habìan permitido eso. Su sorpresa aumentó de tal forma que le explicamos  -asumiendo una contundente expresiòn de  horror, propia de una tragedia tebana-  que era de mal augurio fotografiarse ante la carroza funebre que exhibe el museo Oscar María de Rojas, en la ciudad de Cárdenas.

Se trata, le dijimos -con la mejor y más seriedad que pudiesemos disimular, de un error imperdonable- y enseguida le explicamos: todos los que se han fotografiado ante esa belleza de carroza, elaborada con muy buen gusto, de maderas preciosas, que salia a la calle con todas las galas  para  engrandecer ese  momento del ultimo adiós, han fallecido ..."luego de  de una larga y fructifera vida".
La expresión de haber pecado contra una tradición entronizada, que pudiese acarrear consecuencias fatales, por sus implicaciones con la parasicologìa y otras trememundas premoniciones, le nubló la visión y solo al paso de dos segundo más,  logró una sonrisa, casi una expresión de revancha que auguraba, casi amenazante: el viaje es largo, pronto tendremos la posibilidad de la riposta, ya verás.

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